Es cierto que en un entorno urbano las orugas de la Procesionaria pueden ser molestas o peligrosas, pues al tener capacidad urticante pueden provocar sarpullidos en niños o asfixia en mascotas.
Sin embargo en el entorno natural, la Procesionaria cumple una labor fundamental que es desconocida por el gran público.
– La Procesionaria forman parte del bosque mediterráneo, han evolucionado junto a nuestras coníferas y los pinos están perfectamente adaptados a ser atacados por plagas endémicas y en ningún caso pueden causar la muerte del árbol.
– La Procesionaria forma parte de la cadena trófica, de hecho es de los pocos seres capaces de alimentarse de las acículas de los pinos, transformándolas en ricas proteínas que aprovecharán sus depredadores y en excrementos que nutrirán el pobre suelo de los pinares.
– Los adultos sirven de alimento para murciélagos, golondrinas, salamanquesas…
– Los huevos nutren microavispas endoparásitas, grillos, hormigas…
– Las larvas (las orugas) son presa de carboneros, herrerillos, cucos, urracas, críalos, cuervos, gran variedad de dípteros… y las crisálidas serán buscadas por lirones careto y abubillas que las desenterrarán y devorarán.
Nos dejamos muchas, pero sirve para hacerse una idea de cuántas bocas alimenta la procesionaria en el bosque mediterráneo y las consecuencias que tendría sobre todas estas especies una fumigación tóxica.