
La historia de la agricultura del campo de Elche ha estado siempre ligada al riego de sus tierras, históricamente deficitarias siempre de agua, por lo que la canalización, distribución y administración de sus pocos recursos, siempre ha sido una constante prioritaria. El origen del riego debe de atribuirse a la época romana. Todavia subsisten los nombres latinos de algunos partidores, todavía hoy en uso: Albinella, Palombar, Marchena…
Básicamente, el sistema de riego se ha basado en la utilización del agua del rio Vinalopó (rio de arena para los árabes) desviándola de su cauce mediante un sistema de azudes (pequeñas presas), a las dos acequias principales (Mayor y Marchena). Posteriormente se repartia su caudal por una red de brazales o acequias menores, regulándola mediante una serie de partidores (arquetas con portones fijos o móviles), que distribuyen el agua a lo largo de todos los huertos.
El sistema de regadio llegó a su pleno desarrollo en la época islámica (segunda mitad s. X) perdurando hasta nuestros dias. Su configuración se hizo implantando el «sistema de oasis», basado este en un aporte de caudal escaso.

En la ciudad las acequias Mayor y Marchena fueron los dos ejes fundamentales del sistema hídrico e hidráulico. Regaban sus huertos y movian sus molinos. Despues de la conquista de la ciudad por los cristianos se procedió no solo al reparto de las tierras, sino tambien del agua.
Los cristianos se quedaron con las tierras de la margen izquierda del rio, mas fértiles y con nueve partes de su caudal para regarlas. La Acequia Mayor era el brazo articulador del sistema de distribución de agua y riego. Las tierras del margen oeste del rio se concedieron a los moriscos, siendo estas tierras de peor calidad y con dos partes de caudal de agua para su regadio. La Acequia Marchena, un brazo principal de la Acequia Mayor que cruzaba al otro lado del rio, regaba sus tierras y huertos.
