
Una de las comunidades vivas más interesantes del litoral son las praderas de Posidonia oceanica. Se trata de una planta superior, no de un alga, que habita agrupándose en extensas formaciones vegetales como si de un bosque se tratara. Viven frente a la costa sobre fondos arenosos entre 0 y 25 m hasta un máximo de 40 m de profundidad. Sólo en el litoral mediterráneo ibérico se calcula una extensión de praderas marinas de 3,551 Km2.
Esta planta fanerógama marina cuyas hojas son de color verde y tienen forma de cinta, pudiendo alcanzar hasta el metro y medio de longitud llegando sus brotes a formar grandes extensiones que son conocidas con el nombre de «praderas», localizables en general hasta los 40 m. de sonda límite inferior del litoral.
La vida media de estos brotes es de unos treinta años. Su enorme importancia para el ecosistema litoral del mar Mediterráneo y para el ecosistema marino y tiene diferentes vertientes, cada cual más importante. A saber: muchas especies encuentran sus nutrientes y morada entre los brotes de posidonia, sobre todo entre sus rizomas, que llegan a constituir un enorme entramado recubierto de sedimentos en donde se alojan multitud de individuos.
También podemos encontrar entre las praderas gran cantidad de equinodermos, tanto erizos de diferentes familias que se nutren de esta planta, como estrellas de mar. Los moluscos también encuentran aquí su morada, desde los populares corns, que se alimentan de los erizos, hasta los cefalópodos, como pulpos y sepias. Los pulpos se instalan en agujeros que ellos mismos preparan a su gusto en el entramado de rizomas, mientras que las sepias se camuflan entre las hojas, cerca del fondo, haciendo ambos el mejor uso de su providencial mimetismo, adoptando el color del entorno para pasar desapercibidos por sus depredadores. Se alimentan de camarones, cangrejos y peces pequeños.
Por otro lado, la posidonia atrae igualmente a numerosos peces, que se alimentan a su vez, de crustáceos, erizos, moluscos y gusanos. Otra particularidad, sumamente valiosa, es que resultan fundamentales en el mantenimiento natural de la línea de costa y la estabilidad en las playas de arena y los fondos marinos, ya que sus rizomas retienen sedimentos, sus hojas reducen el movimiento del agua y la acumulación de sus hojas muertas en la playa (tan molestas para muchos), reduce el impacto de las olas sobre éstas, evitando que la resaca se lleve consigo la arena y convierta la playa en otro clásico codolar o macar. Serán las marejadas de otoño quienes terminen de arrancar las hojas viejas y arrastrarlas hasta la orilla, en donde se acumulan formando montones algo totalmente normal y natural. Sus fibras también se compactan, formando unas bolas de color marrón claro.
Sin embargo, las praderas de posidonia oceánica se ven altamente amenazadas por la contaminación, la pesca de arrastre, el tráfico marítimo, las anclas de las embarcaciones, la destrucción del litoral por la construcción de puertos artificiales, o la creación de playas artificiales, es decir, por la creación de una oferta turística mal interpretada y, si con todo esto no fuera suficiente, por la aparición y proliferación de la llamada «alga asesina», la Caulerpa taxifolia.
LA CAULERPA –> Ver http://www.carabassi.net/bitacora/la-caulerpa